Atravesando el desierto en el nuevo Lamborghini

(CNN)— El auto de baja altura temblaba mientras aceleraba por un sendero lleno de baches lleno de grava a través del desierto de California, el sonido feroz de su motor de 10 cilindros, justo detrás de mi cabeza, retumbaba en mis oídos. Conducía un Lamborghini Huracán Sterrato de 380.000 dólares y no pude evitar reírme a carcajadas.

Llegué a 40 millas por hora como máximo pero, en una carretera como esta, en un lugar como este, 40 eran como correr. Esquivé matas de vegetación que se extendían a los lados de un sendero generalmente atravesado por camionetas. Lamborghini también fabrica un SUV, el Urus, en el que todo esto podría haber parecido casi normal. Esto no era en absoluto normal. Algunos de los arbustos más grandes por los que pasé eran más altos que el techo del coche en forma de cuña.

El Sterrato está aproximadamente 1,75 pulgadas más alto del suelo que un superdeportivo Huracán típico y aproximadamente 1,3 pulgadas más ancho con sus grandes guardabarros. (Es un poco más ancho en la parte trasera que en las ruedas). La parte inferior del morro puntiagudo del automóvil está protegida con un blindaje de aluminio.

Con toda la tierra y arena que levantan sus ruedas, el Huracán Sterrato (su nombre significa “camino de tierra”) tiene una entrada de aire en la parte superior del techo para llevar aire limpio al motor. Lamborghini trabajó con Bridgestone para crear neumáticos con caucho similar al de otros neumáticos de alto rendimiento de Lamborghini, pero con una banda de rodadura todoterreno.

Además del motor, el sonido más fuerte era el de la grava que golpeaba continuamente los bajos del Lamborghini. Sí, he conducido superdeportivos costosos en caminos de grava varias veces antes, generalmente para colocar un automóvil en posición para tomar una foto o un video. Pero siempre ha sido una operación lenta que provoca vergüenza, avanzando a velocidades de un solo dígito por temor a que una pequeña piedra levantada por un neumático pueda rayar la pintura.

No esta vez. Lamborghini me había dicho que llevara este Huracán Sterrato verde lagarto a donde quisiera. Así que lo hice. Y eso me llevó a recorrer este camino rocoso del desierto, arrojando una espesa nube de polvo blanco detrás de mí sin preocuparme, en lo más mínimo, por dañar la pintura iridiscente del auto.

Fue lo más divertido que había tenido en años.

Ya había conducido este mismo auto en la pista de Chuckwalla Valley Raceway, a unas 15 millas de distancia. Allí, alcancé velocidades de tres dígitos sobre el asfalto sinuoso mientras conducía el auto por un camino de tierra serpenteante, deslizándome de lado en las curvas mientras los neumáticos rociaban tierra marrón oscura en el aire.

Sucedió que se cumplieron 60 años, casi exactamente el mismo día, desde que el fabricante de tractores Ferruccio Lamborghini fundó su propia compañía de automóviles, con la esperanza de mostrarle a Ferrari cómo se deben construir los automóviles. Y aquí estaba yo, escuchando las serpientes de cascabel mientras miraba un automóvil diferente a cualquier otro que su compañía hubiera fabricado antes. Pero al mismo tiempo, era lo más Lamborghini que jamás podría imaginar.

La idea surgió mientras los ingenieros y diseñadores de Lamborghini tomaban unas cervezas después de un día conduciendo todoterreno en un prototipo del SUV Urus. Pensaron que era muy divertido, pero ¿no sería aún mejor conducir uno de nuestros superdeportivos todoterreno con tracción total?

Entonces los ingenieros tomaron un viejo Huracán e hicieron un prototipo, principalmente por diversión. Pero fue una auténtica maravilla que los ejecutivos de Lamborghini finalmente decidieron que sólo tenían que ponerlo en producción para aquellos que pudieran pagar su precio inicial de 273.000 dólares. (El auto que conducía tenía casi $110,000 en opciones, la mitad de ese costo en pintura para la carrocería).

Ya hay pedidos para los 1.499 Huracan Sterratos que Lamborghini construirá, pero si alguien se echa atrás (quiero decir, yo no lo haría, pero sucede) todavía podrías tener una oportunidad.

Es el tipo de cosas de las que otras marcas de automóviles podrían haberse burlado por no encajar con la imagen adecuada. Afortunadamente, Lamborghini se da cuenta de que, en última instancia, siempre se debe tratar de divertirse. Y pocas cosas provocan una sonrisa como tirar tierra con un superdeportivo.

Este Sterrato sale aproximadamente al mismo tiempo que el 911 Dakar de Porsche, un auto deportivo de elevación similar. Aunque ambas marcas están afiliadas al Grupo Volkswagen, Lamborghini insiste en que se trata de una coincidencia. Ambos también se encuentran en el extremo de los fabricantes de automóviles de todo tipo que lanzan todo tipo de vehículos todoterreno, desde los modelos Wilderness de neumáticos nudosos de Subaru hasta los SUV Trailsport de Honda. Al parecer, por alguna razón, en los últimos años todo el mundo decidió que necesitaba escapar de la civilización.

Mientras conducía el Sterrato a través de cañones de color ocre, se me ocurrió que si Wile E. Coyote realmente quería atrapar al Correcaminos, debería dejar de invertir en productos Acme inútiles y comprar esto. Perfecto para el trabajo, de verdad. Rápido, ágil, va a casi cualquier lugar.

Sobre asfalto, el Sterrarto se conduce agradablemente, suave y silencioso (excepto por el sonido del motor V10, por supuesto) y rápido. El Sterrato tiene tres modos de conducción seleccionados mediante una paleta rechoncha en el volante. Strada (Street) para conducción normal, Sport y Rally, que adapta el sistema de tracción total para uso todoterreno.

No existe el modo Corsa, el modo de pista hiperagresivo que tienen otros superdeportivos Lamborghini, porque este auto no se trata de eso. La compensación me parece buena. Tomaré un poco menos de rendimiento en la pista para poder recorrer un sendero polvoriento. Además, la gente que compre este coche tendrá, sin duda, otros Lamborghinis en el garaje, por lo que, en realidad, no renuncian a nada.

Incluso aquellos de nosotros que no podemos permitirnos uno deberíamos alegrarnos de que exista el Lamborghini Huracán Sterrato. En una industria donde cada decisión es analizada minuciosamente por contadores y consultores de imagen de marca, es un placer tener algo que existe únicamente por el motivo de, en realidad, simplemente porque es genial.

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